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El Poder de la Descripción

septiembre 11, 2019

Recuerdo que uno de mis mentores, un experto psicólogo infantil, me contaba sobre una de sus hazañas. Quizás para algunos esta anécdota suene un poco infantil pero, para otros padres que batallan con esto, podría sacarles una sonrisa. 

La historia va así: Mi mentor le hace una apuesta a su hermano. Su hermano se quejaba con él pues no podía hacer que sus hijos comieran zanahorias. Mi mentor le dijo: “Te apuesto a que logró que las prueben”. “Imposible”, dijo el hermano, y aceptó la apuesta.

Aquí fue donde aprendí la lección del poder de describir las cosas a los niños. 

El psicólogo se tomó un par de minutos para interactuar con sus sobrinos y empezar a describir sus comportamientos. Después empezó a describir la zanahoria y ver cómo ellos la exploraban. Poco a poco, fue describiendo las acciones de sus sobrinos: “La tienen en su mano”; “La están oliendo”; “Oh, no huele”; “Es de color naranja pero, no sabe a naranja”; “La morderé un poco para ver a qué sabe.”  

Eventualmente, los niños también la mordieron un poco. ¡Ah! No me creen. ¿Verdad? Yo tampoco le creí. Obviamente no es como que a partir de ese momento sus sobrinos empezaron a comer zanahorias como conejos pero, fue un paso hacia adelante a que las explorarán y probarán. 

Los niños aprenden y experimentan explorando a pasos pequeños. La descripción los guia por el recorrido de su exploración, dándoles información acerca de sus experiencias. Hay que celebrarles todos los pasos pequeños a los pequeños, valga la redundancia. Esta publicación no está enfocada hacia la alimentación, pero próximamente publicaré un artículo sobre tips para la #alimentación. No te lo pierdas. 

Retomando el tema, la descripción es una estrategia para estimular el desarrollo del lenguaje y motivar a los niños a participar en actividades deseadas y no tan deseadas. También, es muy útil para enseñar a los niños acerca de la frustración, sus sentimientos y el autocontrol. Este último, toma años en desarrollarse, pero hay que comenzar desde la infancia para lograr alcanzar esa madurez emocional.

¿Cuándo utilizar la descripción detallada? Utilízala lo más que puedas. Por ejemplo, cuando estés jugando con tu niño, en el supermercado, en la espera de algo, durante momentos en donde tu niño sienta frustración o cuando se te venga a la mente. La descripción detallada es muy útil en niños entre los 2 y 5 años de edad. 

Hay te va un ejemplo con #Tristán (tendrá 3 años en este ejemplo):

Tristán se despertó temprano por la mañana y fue a buscar a sus papás.

Al verlo, sus papás le dicen:

-“¡Hola! ¡Tristán ya despertó! 

-Vamos a la cocina por tu desayuno. 

-Vamos a ir al piso de abajo: 1 escalón, 2 escalones, 3 escalones bajó Tristán. 

-¡Tristán quiere abrir el refrigerador! ¡Oh, oh, la puerta está pesada! ¡Tristán quiere ayuda!
-Tristán voltea e igual y dice: “ayuda”. 

-¡Muy bien!, Tristán pidió ayuda. (Halago)
(Refrigerador abierto). 

-¿Quieres melón verde o fresas rojas? Oh, las fresas tienen hojas verdes. ¡Uy, se le cayó la fresa a Tristán!
-Tristán se enojó. Pero no pasa nada, la vamos a recoger.

¿Qué experimentó Tristán en este ejemplo? Tristán sintió la atención y recibió atención positiva. Además, aprendió muchísimas cosas de esta interacción breve como los números, abrir, cerrar, arriba, abajo, colores, hasta sentimientos (obviamente ocupa mucha práctica para dominar los conceptos). Como puedes ver, esta técnica le dio mucha información y lo expuso a mucho lenguaje. Especialmente porque el lenguaje expuesto es lo que está pasando y lo que él está haciendo. También, a pesar de haber tenido un accidente y haber dejado caer las fresas, sin un comentario negativo aprendió la responsabilidad de ayudar y tener que recoger después de su pequeño error.

Las preguntas no son muy efectivas cuando los niños son tan chicos, pues es difícil para ellos explicar las cosas. Por ejemplo, si tú le preguntas: “¿Qué quieres desayunar?” Probablemente tu niño conteste: “Algo”, ”No sé”, “Nada”, “No quiero.” En cambio, si tú describes y le das opciones, con el tiempo será más fácil para él aprender a buscar palabras y opciones. Ejemplo: “Vamos a desayunar. Tenemos fresas, melón, o mango.” Otro ejemplo sería cuando estás jugando por decir a la plastilina con tu niño. Empieza tu niño a describir los colores y tu niño se equivoca. Como papás, usualmente reaccionamos con un comentario negativo. “No, esa no es azul. Es naranja.” No es necesario expresarle a los niños, en cuestiones simples durante el juego y el aprendizaje, que lo hicieron mal. En lugar de decirle que no es, simplemente describe lo que pasó y lo que es: “Tristán dice que esa plastilina es azul. Esa plastilina es de color naranja.” De esta manera, Tristán ya no escucha un comentario negativo, y también aprendió el nombre del color.

La descripción sostiene la atención de tu niño en una connotación positiva que resulta en una interacción más placentera, llena de conocimiento y  lenguaje, que estimulará su desarrollo y autoestima.

Como puedes ver, la descripción tiene muchas características positivas. Hazlo en todo momento y siempre que puedas. Te reto a que lo hagas por un par de minutos cada vez que te acuerdes. Recuerda, trata de no hacer muchas preguntas y evita al máximo los comentarios negativos.

Dr. Raymundo López