-“Es que nunca me hace caso, Doctor…”
Cómo hacer que los niños sigan instrucciones
Un dato que me gusta mucho compartir con mis pacientes, me lo dijo uno de mis tutores, un excelente psicólogo infantil. Discutimos un estudio realizado en Nebraska en donde analizaron qué tan rápido seguían una instrucción niños, con un desarrollo típico, entre los 3 y 5 años.
En el proyecto de investigación, un adulto daba una instrucción sencilla y, adivina: ¿Cuánto tiempo en promedio tardaba un niño en seguir dicha instrucción? Cuéntalo en tu mente y verás que es mucho más de la oportunidad que les damos a los niños: Mil 1, mil 2, mil 3, mil 4, mil 5, mil 6, mil 7, mil 8, mil 9. ¡9 segundos! Sí. Nueve segundos tarda, en promedio, un niño con un desarrollo típico en responder a una instrucción.
No me he topado con algún otro proyecto de investigación similar pero, cuando piensas en niños con problemas en el desarrollo (TDAH-ADHD, autismo, problemas del lenguaje) es posible que tarden más de los 9 segundos, o sean más inconsistentes (por su falta de atención, porque su lenguaje es más bajo y no entienden, u otros factores) en responder. Pero bueno, entonces ¿Cómo podemos ser más efectivos al darle instrucciones a nuestros niños? Aquí te van unos tips:
- Empieza por asegurarte de tener su atención. Usualmente recomiendo comenzar con instrucciones muy simples. Por ejemplo: “Detente”, “Alto”, “Tristán, (espera el contacto visual) ven para acá”. Esto puede variar dependiendo de la edad de tu hijo e igual tendrás que intervenir un poco de manera física. No me refiero a la chancla ni a darle una nalgada. ¡No! Se trata, simplemente, de acercarte un poco y bloquear sus juguetes, u orientarlo hacia dónde quieres que vaya o vea para obtener su atención. No olvides #darle un halago cuando lo haga (Revisa mi post “Time-In”). De esta manera, sabrás que tienes su atención y además siguió una instrucción simple. Así que vamos por buen camino.
- Se muy conciso y específico en lo que quieres que haga tu niño y no en qué no quieres que haga. Por ejemplo: “Bájate del sillón” o “Los pies en el piso”. En lugar de: “¡Ya te dije que no estés brincando en el sillón!”. Las primeras dos instrucciones son más efectivas porque le dices al niño qué hacer. Es mejor decir: “Recoge los bloques y ponlos aquí” en vez de “Recoge tu cuarto.” Las instrucciones muy generales son más difíciles de seguir. También considera el nivel de lenguaje de tu niño. Si tu niño tiene 3-4 años y, por lo general habla en frases cortas, dale instrucciones en frases cortas.
- En ocasiones hay que obtener un poco de momentum con tu hijo al iniciar con instrucciones simples. Continuando con el ejemplo del #2:
- …el niño sigue brincando en el sillón…
- Tú dices: ““Wow estás brincando. Brinca dos veces más, 1 y 2. Ahora sentado en el sillón. ¡Muy bien, ya te sentaste! Ahora, bájate del sillón por favor”.
- -El niño se baja-
- Tú dices: “¡Qué bien hiciste caso y te bajaste! No brinques en el sillón por favor.” Punto. Ahora dale otra actividad para hacer.
- Si se vuelve a subir y ya prácticas #“Time-Out”” le dices: “Bájate del sillón por favor o vas a ir a “Time-Out”. Le cuentas hasta 3 lentamente y si no hace caso, lo llevas a “Time-Out”.
- Dale su tiempo. Practícalo en casa, y espera esos 9 segundos. Usualmente, lo que veo en la clínica, es que en 9 segundos se da la misma instrucción hasta 9 veces y esto generalmente resulta en un: “¡Ya te dije, haz caso!”. Por consiguiente, la interacción termina siendo una experiencia negativa para todos. Date una pausa y cuenta en tu mente. Dale a tu niño la oportunidad de procesar y elegir actuar.
- No le preguntes – ¡Dile qué hacer! Una frase que comúnmente recomiendo utilizar es: “Hora de X”. Por ejemplo: “Hora de limpiar”, “Hora de cenar”, “Hora de irnos”. Recuerda, no hagas preguntas para las cuales no vas a aceptar una respuesta. Por ejemplo: “¿Te quieres bañar?”. Mejor utiliza: “Hora de bañarse, ven para acá por favor”. También hay frases que decimos con tono de pregunta, cómo: “¿Recogemos? ¿Niñosss?” Los niños fácilmente detectan estos cambios de tono. Este hábito es difícil de detectar ya que tienes que estar muy pendiente de cómo dices las cosas.
Obsérvate, analízate y recuerda dar una instrucción clara y concisa. No elabores mucho.
¡Ojo! Estas estrategias no son inmediatas. Los niños necesitan experimentar estas estrategias múltiples veces antes de dominarlas. Yo lo recomiendo y lo he practicado por mucho tiempo. Sin embargo, en ocasiones caigo en errores de hacer preguntas o no ser muy claro en las instrucciones que doy. Lo importante, es seguir practicando.
Si estas estrategias para hacer que sigan instrucciones no te funcionan, puedes disciplinar a tu niño con un “Time-Out”. Evita darle múltiples advertencias: “Ya te dije que recojas”, “¿Cuántas veces te tengo que decir?”. Como dicen los mexicanos: No te enganches con los dimes y diretes. Recuerda, dale sus 9 segundos para seguir la instrucción. También, puedes modelar la instrucción, por ejemplo: “Papá empezó a guardar los bloques azules, también los carritos, tú traes la pelota en tu mano y va aquí”. Si no funciona, dale un último ultimátum: “Si no guardas los juguetes te vas a ir a “Time-Out”. 1, 2, 3”. Si para las 3 no sigue la instrucción, ponlo en “Time-Out”.
Si continúas teniendo muchos problemas con lograr que tu niño siga instrucciones, consúltalo con tu pediatra, o busca la asistencia de un psicólogo infantil.
-Dr. Raymundo López